LA HISTORIA DEL CARPINTERO
Había una vez un viejo carpintero que, cansado ya de tanto trabajar, estaba listo para acogerse al retiro y dedicarle tiempo a su familia.
Así se lo comunicó a su jefe, y aunque iba a extrañar su salario, necesitaba retirarse y estar con su familia; de alguna forma sobrevivirían.
Al contratista le entristeció mucho la noticia de que su mejor carpintero se retiraría y le pidió de favor que si le podía construir una casa más antes de retirarse.
El carpintero aceptó la proposición del jefe y empezó la construcción de su última casa pero, a medida que pasa el tiempo, se dió cuenta de que su corazón no estaba de lleno en el trabajo.
Arrepentido de haberle dicho que sí a su jefe, el carpintero no puso el esfuerzo y la dedicación que siempre ponía cuando construía una casa y la costruyó con materiales de calidad inferior.
Esa era, según él, una manera muy desafortunada de terminar una excelente carrera, la cual le había dedicado la mayor parte de su vida.
Cuando el carpintero terminó su trabajo el contratista vino a inspeccionar la casa.
Al terminar la inspección le dió la llave de la casa al carpintero y le dijo: "Esta es tu casa, mi regalo para tí y tu familia por tanto años de buen servicio".
El carpintero sintió que el mundo se le iba...
Grande fue la verguenza que sintió al recibir la llave de la casa, su casa. Si tan sólo el hubiese sabido que estaba construyendo su propia casa, lo hubiese hecho todo de una manera diferente.
Así también pasa con nosotros. A diario construímos relaciones en nuestras vidas, y en muchas ocasiones ponemos el menor esfuerzo posible para hacer que esa relación progrese.
Entonces, con el tiempo es que nos damos cuenta de la necesidad que tenemos de esa relación.
Si lo pudiésemos hacer de nuevo, lo haríamos totalmente diferente. Pero no podemos regresar.
Tú eres el carpintero. Cada día martillas un clavo, pones una puerta, o eriges una pared.
Alguien una vez dijo: "La vida es un proyecto que haces tu mismo. Tus actitudes y las selecciones que haces hoy construyen la casa en la cual vivirás mañana". ¡Construye sabiamente!
Recuerda... trabaja como si no necesitaras el dinero; ama como ni nunca te hubiesen herido; baila como si nadie te estuviera observando...
Para el mundo tal vez tu seas una sola persona, pero para una persona tal vez tú seas el mundo...
LA CASCARA DE HUEVO
"¡Te odio, Alicia!", le gritó Tom. "¡Más nunca vuelvas a entrar a mi cuarto! ¡Eres una ladrona!"
"¡Eh, que dices!", llamó el abuelo, que venía por el pasillo. "¿De qué se trata toda esta gritería?"
"Tom dice que yo le robé sus tijeras, pero yo no lo hice", gritó Alicia desde su habitación. "¡Él es un mentiroso y también es mejor que no vaya a entrar en mi habitación!", terminó de decir Alicia y cerró la puerta de un tirón.
Con un suspiro, el abuelo revisó la estancia. No pasó mucho tiempo antes de que él descubriera las tijeras de Tom sobre la mesa del pasillo. Ambos niños, muy enojados, insistieron en que el otro las había dejado allí. "¡Silencio!", ordenó el abuelo. Les hizo señas de que les siguieran y se dirigió hacia la cocina, donde puso un huevo y una taza vacía sobre la mesa.
"¡Alicia, rompe este huevo y échalo en la taza!", le dijo el abuelo.
Los niños se preguntaban dónde se dirigía el abuelo con todo esto, pero Alicia obedeció. "¡Ahora, tú, pon el huevo de regreso dentro de la cáscara. Por favor, en la misma forma en que estaba antes!", le dijo el abuelo a Tom. Tom frunció el ceño.
"¿Qué quieres decir?", le preguntó. "Esto es imposible abuelo. Tú no puedes arreglar un huevo roto".
"¿Igual que Humpty Dumpty, no?", dijo el abuelo con una risita. Entonces se puso serio. "El punto es que hay otra cosa como Humpty Dumpty, algo que NO puede ser arreglado fácilmente. Estoy pensando en los sentimientos. Niños, ustedes se dijeron cosas feas entre sí. Recoger las palabras es algo tan imposible como componer un huevo".
Ambos niños se sintieron mal. "Nunca se les olvide lo dañinas que pueden ser las palabras", les advirtió el abuelo. "Dios dice que la lengua es como un fuego que no puede ser apagado. Así es el gran daño que pueden hacer las palabras.
Aun cuando dices que lo sientes, esto no hace que se desaparezcan".
"Lo siento", Tom le dijo a su hermana. "Sí, ... bueno,... yo también", contestó Alicia. "Puedes entrar en mi habitación, si lo deseas".
¿Qué tal Tú? ¿Tienes cuidado de las palabras que dices, o dices las cosas antes de pensarlas? Aun cuando te disculpas, la otra persona puede que aún recuerde esas palabras que dijiste.
Pídele a Dios que te ayude a controlar tu lengua.
Erase una vez un anciano que habia perdido a su esposa y vivia solo. Habia trabajado duramente como sastre toda su vida. Pero los infortunios lo habian dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podia trabajar.EL COFRE DE VIDRIOS ROTOS
Las manos le temblaban tanto que no podia enhebrar una aguja, y la visión se le había enturbiado demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos varones, pero los tres habían crecido y se habían casado, y estaban tan ocupados con su propia vida que solo tenian tiempo para cenar con su padre una vez por semana.
El anciano estaba cada vez mas débil, y los hijos lo visitaban cada vez menos.
-No quieren estar conmigo ahora -se decia- porque tienen miedo de que yo me convierta en una carga.
Se paso una noche en vela pensando que seria de el y al fin trazo un plan.
Se paso una noche en vela pensando que seria de el y al fin trazo un plan.
A la mañana siguiente fue a ver a su amigo el carpintero y le pidio que le fabricara un cofre grande. Luego fue a ver a su amigo el cerrajero y le pidio que le diera un cerrojo viejo. Por último fue a ver a su amigo el vidriero y le pidio todos los fragmentos de vidrio roto que tuviera.
El anciano se llevo el cofre a casa, lo lleno hasta el tope de vidrios rotos, le echo llave y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con los pies.
-¿Qué hay en ese cofre? preguntaron, mirando bajo la mesa. -Oh, nada -respondio el anciano-, solo algunas cosillas que he ahorrado.
Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Lo patearon y oyeron un tintineo. -Debe estar lleno con el oro que ahorro a lo largo de los años -susurraron.
Deliberaron y comprendieron que debìan custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el viejo, y asi podrían cuidar tambien de él. La primera semana el hijo menor se mudo a la casa del padre, y lo cuido y le cocino. A la semana siguiente lo reemplazo el segundo hijo, y la semana siguiente acudio el mayor. Así siguieron por un tiempo.
Al fin el anciano padre enfermo y fallecio.
Los hijos le hicieron un bonito funeral, pues sabian que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la cocina, y podian costearse un gasto grande con el viejo. Cuando termino la ceremonia, buscaron en toda la casa hasta encontrar la llave, y abrieron el cofre. Por cierto, lo encontraron lleno de vidrios rotos.
-Que triquiñuela infame! -exclamo el hijo mayor-. Que crueldad hacia sus hijos!
-¿Pero, que podia hacer? -pregunto tristemente el segundo hijo-.Seamos francos. De no haber sido por el cofre, lo habriamos descuidado hasta el final de sus dias.
-Estoy avergonzado de mi mismo -sollozo el hijo menor-. Obligamos a nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el mandamiento que el nos enseño cuando eramos pequeños. Pero el hijo mayor volco el cofre para asegurarse de que no hubiera ningun objeto valioso oculto entre los vidrios. Desparramo los vidrios en el suelo hasta vaciar el cofre. Los tres hermanos miraron silenciosamente dentro, donde leyeron una inscripcion que el padre les habia dejado en el fondo: "Honrarás a tu padre y a tu madre"
Esta es una carta que imaginariamente se auto escribió un hombre que estando en coma, su cerebro estaba conciente y estaba a punto de morir. Esto viene en un pequeño libro: el esclavo...se los recomiendo .Estimado amigo:LA CARTA DE UN HOMBRE EN COMA
Me llamo amigo porque eso es lo que quiero ser conmigo mismo ahora. Por mucho tiempo yo fui mi peor enemigo, de hecho, fui mi unico enemigo.
Fui yo el que permitió que el miedo dominara mi vida. Fui yo el que se aferró a las penas del pasado para llenar mi presente de sufrimiento.
Era mi propia voz la que escuchaba en mi cabeza y que me convencía de no merecer lo bueno y me hacia sentir menos que los demás.
Fui yo mismo el que me llené de inseguridades y dudas, de celos y resentimientos. Fui yo mismo el que me juzgué y me critiqué en todo lo que hacia. Yo mismo afecté mi salud y mi bienestar y fui yo mismo el responsable de los problemas de mi vida. En mí estaba la solución y en mí estaban todas las respuestas.
Fui yo mismo el acusado, el juez y el verdugo de mi propia vida. Yo mismo dicté las sentencias y yo mismo me impuse los castigos. Y, sin embargo......hoy me perdono todo, porque me doy cuenta que siempre hice lo mejor que pude. Comprendo que fui un ser sensible y vulnerable como lo son todos los seres humanos y que las experiencias de
mi vida moldearon mi personalidad. Hoy rechazo la culpa que siento por mis errores ya que en nada ayuda y nada soluciona.
Aprendí tarde, que yo era capaz de cambiar mi vida a pesar de mis heridas y de las situaciones que me rodearon. Tarde comprendí que yo era mi propio dueño, que mis pensamientos moldearon mi existencia, que no era un
esclavo de las ciscunstancias y que en mí estaba el poder de mejorar, de cambiar y de vivir en armonía.
Puedo ver ahora que mi vida fue maravillosa a pesar de las perdidas y heridas que todos compartimos.
Agradezco la oportunidad que tuve de ver, de oir, de sentir, de saborear, la oportunidad de compartir con otros mi vida y la oportunidad de amar a mis semejantes.
Hoy me deshago de viejos resentimientos hacia otros y hacia mi mismo.
Hoy rompo las cadenas con las que yo mismo me até.
Hoy me perdono por todos mis errores.
Hoy admito que nadie tiene control sobre mis sentimientos.
Hoy me declaro libre de todas mis heridas.
Hoy es un buen dia para morir.
Me quiero
Atentamente,
La persona mas importante de mi vida.
Yo.
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